¿Alguna vez te has sentido como que predicas en el desierto? ¿Has invertido días —y hasta semanas— produciendo contenido importante para apenas recibir un “puñado de clicks”? ¿Te has preguntado por qué “nadie” lee lo que escribes, escucha lo que grabas o mira lo que filmas, mientras van ávidos a consumir la más reciente necedad de Cardi B, Kim Kardashian o de alguna otra “lumbrera” local?
Si has leído hasta aquí debe ser porque en algún plano eres un alma gemela. Produces contenido importante sólo para sepultarlo en el cementerio digital de la Internet. Te cansa competir constantemente por los clicks, los likes, los shares, los seguidores y la bendita “campanita” de YouTube. Y al final del día, la triste realidad es que nada de eso te pone un plato de comida en la mesa. No puedes ir al colmado con una cartera llena de “likes”. Entonces, ¿para qué empeñarte en lograrlos?
Todos Perdemos El Rumbo
Por años fui un practicante ferviente del mercadeo directo. Me refiero al mercadeo 100% medible basado en estadísticas y resultados tangibles… el mercadeo físico. Los libros de John Caples, Drayton Bird, David Ogilvy, Victor Schwab, David Garfinkle, Eugene Schwartz y Claude Hopkins fueron las columnas sobre las que edifiqué una carrera profesional de más de 25 años. Pero las redes sociales son altamente adictivas. El algoritmo se encarga de absorbernos y sumirnos en un mar de nimiedades, chismes, politiquería y noticias inconsecuentes. Y cuando venimos a darnos cuenta hemos perdido horas valiosas —que nunca vamos a recuperar— en batir estiércol rutinario, fútil e inconducente.
Y no hablemos de la falsedad. ¿Has notado cómo en las redes “todo el mundo es perfecto”? Todos son exitosos, se pasan de fiesta en fiesta, viajando de aquí para allá, y cenando afuera. Exhiben sus casas, piscinas, botes y carros sin el mas mínimo reparo. No tienen un momento aburrido en el día. Y le sobran los clientes, el dinero y el éxito. Es una pasarela de espejismos.
Entonces, es fácil que el que mira desde afuera concluya: “si a todos ellos le va tan bien debe haber algo malo conmigo”. ¿Verdad? O, como hubiera dicho Vitín Avilés, sonero de la famosa orquesta de Charlie Palmieri: “el mundo está bien, el loco soy yo”.
Esa es la única conclusión plausible a la que puede llevarnos esta aberración de lo que en realidad debería ser “social”.
El doctor Luis López Nieves, mi profesor de redacción y miembro de mi comité de tesis de maestría, me dijo en una entrevista para Hablando De Tecnología que las redes sociales son en realidad un sitio a donde gravita una gran cantidad de gente que se siente sola. Quizás por eso es que la mayoría se la pasan como el burro de Shrek, gritando “mírenme a mí, mírenme a mí”.
Un Mundo Fértil Para El Fraude Y El Timo
Además de ser ermitaños digitales, mucha de la gente que usa las redes sociales suelen ser analfabetos en asuntos de tecnología. Y lo peor del caso es que se ven a sí mismos como eruditos. En algún punto, a lo largo del camino, concluyeron que pasársela en Facebook, LikedIn, Instagram y Twitter los hacía merecedores una credencial “honoris causa” en asuntos de Internet.; algo así como “peritos por osmosis”. Cuando lo cierto es que la mayoría no han leído ni los términos de servicio de los propios sitios que visitan a diario.
Eso los hace especialmente vulnerables a fraudes, timos y todo tipo de pocavergüenza digital. Basta pasarse unos días en cualquiera de estas redes para tropezar con comentarios como: “no abran nada que les llegue con mi nombre; es un virus”, o, “le prohibo a “la red que sea” que use mis fotos o nada que yo publique”, o, “tuve que abrir una cuenta nueva porque me haquearon la vieja”. Todas estas son muestras de ingenuidad e ignorancia. Y lo peor del caso es que al hacer este tipo de aseveración levantan un gran cartelón imaginario que lee: “Soy Ignorante”. Si se hubieran tomado la molestia de leer los términos de servicio entenderían que “en la Internet cuando algo es gratis el producto eres tú”.
Esa última cita no recoge palabras mías. Es una cita directa del licenciado Manuel A. Quilichini durante la entrevista que le realicé para Hablando De Tecnología precisamente sobre este tema.
Siempre Es Agradable Ayudar Al Prójimo…
Bueno… casi siempre. A menos que suceda algo como lo que cuenta Tony Robbins. Robbins cuenta que entre los psicólogos se bromea con la siguiente adivinanza: ¿Cuántos psicólogos hacen falta para cambiar una bombilla? Y la contestación es: “uno… pero la bombilla tiene que querer cambiar”.
Durante meses recientes he estado desarrollando una serie de videos titulada: “Con Ese Cuento A Otra Parte” con el propósito de educar al público sobre lo que son los esquemas de “phishing”, timo y fraude en la Internet. Estos esquemas los vemos en las redes sociales, a través de mensajes de texto, mediante correo electrónico y hasta por teléfono. Y no son uno ni dos. ¡Llueven!!!
Según la revista de negocios Forbes, los costos por concepto del “phishing” en empresas norteamericanas sobrepasan el medio billón de dólares. El FBI va mucho más allá. Según la agencia federal de ley y orden, los costos por “phishing” durante el año 2018 sobrepasaron $1.2 billones.
Y lo peor de todo es que ⅔ de las personas caen como moscas en estos esquemas. ¿Por qué? Porque la mayoría de los ataques de “phishing” no recurren a la tecnología sino a la psicología. Y esa ha cambiado muy poco desde que el “homo sapiens” anduvo merodeando por el sureste de Asia hace sobre 200,000 años.
Y con la crisis creada por la pandemia del Covid-19 la cosa se ha puesto peor. Por un lado tenemos a miles de personas encerradas en sus casas, aburridas y usando la Internet como una especie de bálsamo digital y por el otro tenemos a miles de trabajadores y estudiantes explorando plataformas como Skype, Zoom y Microsoft Teams con el objetivo de devolverle algún viso de normalidad a sus vidas.
Ante ese escenario, comencé a publicar los videos de “Con Ese Cuento A Otra Parte” el 6 de agosto de este año. El objetivo es darle las herramientas al usuario para reconocer estos timos y defenderse de ellos. Al momento ya he publicado 7 programas. Los primeros 6 cubren los aspectos más importantes y las estrategias que utilizan los “hackers” o piratas digitales para engañarte y obtener todo tipo de información personal, financiera o de salud. A partir del programa número 7 comencé a discutir correos reales y a señalar las distintas estrategias usadas en cada uno. Al concluir la serie deben ser alrededor de 24 videos.
¿Y sabes cuántas personas los han aprovechado? ¡No llegan a 50!!! Están demasiado entretenidos con la broza de las redes sociales.
Amplia Distribución
“Con Ese Cuento A Otra Parte” no ha sido un secreto. Ha salido cada semana, los jueves a las 5:00am, como parte de los episodios de mi podcast Hablando De Tecnología. Cada vez que un episodio cumple 30 días lo publico en mi canal de YouTube, en Facebook, en LinkedIn y en Twitter.
Envié comunicados anunciando la serie a sobre 50 periódicos de habla castellana en Puerto Rico y en los Estados Unidos. La noticia no apareció publicada en ninguno.
Envié correos electrónicos a los gerentes de seguridad o de recursos humanos de las principales organizaciones en Puerto Rico y les acompañe el comunicado explicando la gravedad y la urgencia del problema. Aparentemente le dieron “delete”.
Entonces me reencontré con Seth…
Ante tal desinterés es fácil tornarse cínico. Pero, tratándose de un tema tan importante, he preferido completar lo que me propuse y que quede en mi página como mi aportación a un Puerto Rico mejor. Y como se trata de una obra que vive en la Internet, también me enorgullece saber que aporto a la seguridad de miles de personas alrededor del mundo (bueno, por lo menos a la de los que opten por verlos).
Pero es innegable que molesta dar lo mejor de uno y que el público lo ignore como si no valiera nada. Muchos se llenarían de ira. Yo retorné a mis raíces y comencé a planificar proyectos futuros.
Uno de los autores que más ha influido en mi pensar, además de los que mencioné anteriormente, es Seth Godin, el gurú del mercadeo norteamericano. A lo largo de su carrera literaria Godin ha recalcado repetidamente que la clave para el éxito de un producto o servicio en la Internet es que se base en “Contenido Importante Para Gente Interesada”. Gary Halbert, el famoso redactor comercial norteamericano, decía algo parecido cuando afirmaba que “lo único que se requiere para vender un producto con éxito es ‘una muchedumbre hambrienta’”.
Sobre el lado del “contenido importante” no tengo duda de que lo es. Los números demuestran que las víctimas del “phishing” van en acenso y que las circunstancias actuales acentúan el problema. Es un dato empírico.
Claro, aparentemente el “phishing” no es importante más que para mí. Acabo de entrar a Google Trends y a la fecha de hoy los temas de mayor relevancia en los Estados Unidos son Taylor Swift, Kim Kardashian y el juego Fortnite. En Puerto Rico son Wanda (la gobernadora), Lebrón (el baloncelista de la NBA) y Trump (el presidente patán que nos tiró rollos de papel toalla después del huracán María).
Eso es lo más importante para los estadounidenses y los puertorriqueños. Con razón la gente no saca los pies del plato, y son presa fácil de los timadores, si están soñando con “pajaritos preña’os”.
Y claro, como no consideran el tema importante no le prestan atención. ¡Lo importante es “mojonear” en la Internet!!! Mañana será otro día.
La Trivialidad de la Seguridad
Si la seguridad fuera importante la gente no usaría “123456” como su contraseña más popular. Y no lo digo yo. Lo dice la gente de CNN al enumerar las 10 contraseñas más utiliizadas por el público:
- 123456
- 123456789
- qwerty
- password
- 111111
- 12345678
- abc123
- 1234567
- password1
- 12345
La gente que usa ese tipo de contraseña es la misma que la pega debajo del teclado de su computador, dejan una llave debajo de la alfombra de entrada a su casa o apartamento o le pegan una llave con un imán al carro debajo del tapalodo. Son los mismos que se pasan la vida en las redes sociales. Y son los mismos que ignoran programas como el de “Con Ese Cuento A Otra Parte” porque los consideran engorrosos, pasados de moda o difíciles. Claro, lo verdaderamente difícil llega el día que le roban la identidad, le preñan las tarjetas de crédito, le vacían la cuenta de banco, se apoderan de sus récords médicos o le hacen un clon de su pasaporte para introducir a algún extranjero al País. Eso sí que es difícil de resolver.
La Internet es probablemente el instrumento más poderoso de comunicación que ha conocido la humanidad desde que Johann Gutenberg anunció su imprenta de tipo movible en el 1450. Pero en manos de ignorantes y neófitos es como un revólver en manos de un infante.
Lo Que Es Y Lo Quisiéramos Que Fuera
La vida es demasiado corta para querer cambiar a la gente. No hay suficientes días en la semana, el mes, el año o el siglo para empecinarse en eso. Ya lo dice Seth Godin: “Contenido Importante Para Gente Interesada”.
La difusión masiva está muerta. Nadie le hace caso. Yo, mejor que nadie, debí haberlo sabido. Yo me leo todos los libros y aún así caigo ocasionalmente en la trampa de pensar que “el mundo es mi ostra”. Nada de eso. Esa es una mentalidad de la década de los 50. Hoy en día hay que tener claro que nuestro mensaje se construye para oídos receptivos solamente. Para los demás es mero ruido; “blah, blah, blah”. Además, como decía un viejo amigo mío: “hay gente que no ve el hoyo hasta que caen en él”. Y a esos hay que dejarlos que “se pelen las rodillas”.
Difícil Escribir para Google Trends
No es fácil escribir para “Google Trends” cuando las tendencias que identificamos nos parecen nimiedades vacuas. Es un blanco acertado pero aburrido. Sería como pintar un cuadro en blanco y negro cuando el alma nos dicta que debería ser a colores. ¡Aburridísimo!!! Quizás por eso es que muchos gravitamos hacia “temas importantes” que luego no atraen tráfico.
La solución está en escribir para nuestra tribu (nuevamente citando a Seth Godin) y olvidarnos de las multitudes. Y claro, publicarle a nuestra “tribu” no a las masas. Esas no nos hacen caso comoquiera. Nuestras “tribus” o microaudiencias consumen todo lo que producimos porque son almas afines. Tienen nuestras mismas actitudes, nuestros mismos gustos y nuestras mismas inquietudes. Puesto en el argot de la radio están en la misma “frecuencia”.
Por eso regresé a mi casa donde no había escrito nada desde el 13 de julio. Aquí está la gente que comparte conmigo, que me han escuchado desde el 2010 y que ocasionalmente me brindan hasta consejo e ideas. Aquí los dioses de Google me envían tráfico ocasional pero el grueso de los visitantes son oyentes y lectores asiduos. Y claro, no estoy obligado a escribir para Google Trends. Puedo discutir “contenido inteligente” como ha rezado el “slogan y encabezado” del programa desde sus inicios.
Un Pedido Final
Si has llegado hasta este punto en el artículo debes ser una de esas “almas gemelas” que he venido mencionando a lo largo del escrito; uno de los que “le interesa” como dice Seth Godin. Así que voy a pedirte un favor. Envíame un correo a la siguiente dirección: [email protected] y enumérame tres temas de los que te gustaría que escribiera. Claro, dentro de mi marco de pericia, el cual debes conocer a estas alturas. Así tendré una lista de “Contenido Importante Para Gente Interesada” a la que referirme. Y no lo tienes que hacer en esta única ocasión. Cada vez que se te ocurra un tema que te parezca interesante envíame una notita.
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Un abrazo virtual en la pandemia,
©2020, Orlando Mergal, MA
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El autor es Experto En Comunicación Corporativa (Lic. R-500),
Autor de más de media docena de Publicaciones de Autoayuda
y Productor de Contenido Digital
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