Hoy vamos a hablar de radiografías, o de “placas”, como le llamamos en Puerto Rico. Muchas veces, cuando nos sentimos “flojitos” de salud, el médico nos manda a hacer una placa para vernos por dentro. La mayoría de las veces todo está bien. Pero en raras ocasiones aparecen anomalías que “tratadas a tiempo” pueden tener solución.
Con nuestra “Propiedad de Internet” sucede lo mismo. Y fíjate bien que dije “propiedad”, porque cuando publicas algo en Facebook, Twitter, LinkedIn, Intagram, YouTube, o cualquiera otro de estos sitios “gratis”‚ careces de todo control, navegas a ciegas y estás a expensas de lo que decida un tercero. En otras palabras, estás en “terreno de otro”.
Tener nuestra “parcelita” en la Internet nos permite medir lo que funciona y lo que no, identificar por qué y hacer los cambios que sean necesarios. Para eso hace falta una página de Internet, un blog o un podcast.
Lo demás puede ser entretenidísimo. Y hasta puede subir tus niveles de dopamina a la estratósfera. Pero a la hora de la verdad no eres dueño (o dueña) de nada, no puedes medir nada, ni puedes cambiar nada. Estás de “agrega’o” en la casa de otro. Y lo peor de todo es que funcionas “a ciegas”.
En este episodio decidí tomar dos de mis páginas de Internet como ejemplo. Una de ellas es la de Hablando De Tecnología y la otra es mi blog para turistas Puerto Rico By GPS. Verás cómo difieren sus estadísticas y cómo en ocasiones parecen hasta contradictorias.
Pero lo más importante que debes entender es que para poder medir, primero tienes que ser dueño de la propiedad.
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Cuando Adam Curry y Dave Winer publicaron el primer episodio del primer podcast en la historia, para allá para el año 2004, no le llamaron un podcast. El nombre surgió por primera vez en un artículo de la revista digital “The Guardian”, del 12 de febrero de 2004, de la autoría de Ben Hammersley, titulado “Audible Revolution”. Hammersley hablaba del nuevo medio y hacía la pregunta retórica de si sería mejor llamarle “audioblogging”, “podcasting” o hasta “guerilla media”. A la larga la palabra “podcast” pegó y ha predominado hasta el día de hoy. No importa que se trate de un podcast en español, un podcast en inglés o un podcast en el idioma que sea, el termino aceptado es “podcast”.
Entonces, la pregunta que surge es: ¿por qué se le atribuye la invención del podcasting a Curry y a Winer, si no fueron ellos los que acuñaron el término? Pues sencillo, porque fueron ellos los que crearon las tecnologías que lo hicieron posible.
Winer, fue el creador del alimentador RSS que hizo posible que la gente se subscribiera a los podcasts y que los bajaran automáticamente a sus computadores cada vez que hubiera un episodio nuevo disponible.
Por su parte, Curry, quien venía de ser un “video disc jockey” de MTV, desarrolló el primer “podcatcher” llamado iPodder, cuya función era leer los distintos alimentadores RSS, recibir los episodios nuevos, transferirlos al disco duro de un computador y de ahí a un iPod. Sí, lo entendiste correctamente. Para aquella época necesitabas un computador y un reproductor MP3 para poder escuchar un podcast; y el más popular era el iPod de Apple.
En octubre de ese mismo año surgió Libsyn, el primer servicio de hospedaje de archivos dirigido específicamente al mundo del podcasting.
iPod Original 2001
No fue hasta junio del 2005 que Apple incorporó la tecnología del podcasting a la versión 4.9 de su popular aplicación iTunes. Así las cosas, y para dejar el récord claro, la palabra “podcasting” surgió de la fusión de las palabras “iPod” y “broadcasting”, pero no fue creación de Apple y tampoco fue idea de Curry o Winer. Fue de Hammersley, el reportero de “The Guardian”.
También es importante recalcar que ninguna compañía ha hecho más por promover el podcasting que Apple. Hasta me atrevería a decir que iTunes y Apple hicieron por el podcasting lo que la Macintosh y la impresora láser hicieron por el “desktop publishing”. Lo pusieron al alcance de todos y lo popularizaron ante las masas. Sin Apple el podcasting probablemente sería una tecnología olvidada creada por un par de “geeks”.
Para el 2005 el podcasting ya se había tornado tan popular que la palabra “podcast” fue seleccionada como la “palabra del año” por el “New Oxford American Dictionary”.
EL TERMINO “PODCAST” HA RESISTIDO LOS EMBATES DEL TIEMPO
A lo largo de los años han habido personas que han intentado cambiarle el nombre al podcast. Quizás el más conocido sea Leo Laporte, un radiodifusor de carrera de California, oriundo de la ciudad de Nueva York, quien por años se empeñó en llamarle “netcast”, arguyendo que Apple tuvo muy poco que ver con la creación del medio.
En español ha sucedido algo similar. Ya para el año 2007 este servidor hablaba del podcasting en Puerto Rico. Recuerdo que presenté la tecnología por primera vez en el programa de televisión “Puerto Rico Matutino” que amenizaba el comentarista de noticias Jorge Seijo Figueroa en el desaparecido Canal 30. Luego de eso fui el recurso invitado del señor Seijo durante 6 meses en televisión y 76 semanas por Radio Isla 1320. Durante esos dos años también hablamos extensamente del podcasting y publicamos ambos programas en iTunes.
En agosto del 2010 terminé en Radio Isla 1320 y publiqué el primer episodio de Hablando De Tecnología. Hasta la fecha de este artículo he publicado 325 episodios, cientos de entradas de blog y cientos de videos.
Hoy en día el podcast en español sigue siendo podcast. No es una “podifusión”. y ciertamente no es “la nueva radio”. El podcast en español sigue siendo podcast.
POR QUÉ EL PODCAST EN ESPAÑOL SIGUE SIENDO PODCAST
Para entender este fenómeno hay que entender varios aspectos del idioma y del mercadeo.
Comencemos por el idioma. El orador motivacional norteamericano Anthony Robbins ha dicho repetidamente durante su carrera que “las palabras son cosas”, queriendo decir que las palabras cargan una serie de significados y emociones que se cristalizan de forma instantánea en la mente del que las recibe. De ahí, el término idioma, cuyo origen etimológico nos llega del griego y significa “lengua de un pueblo o nación, o común a varios”.
A esto hay que sumarle que los seres humanos somos criaturas visuales. Eso quiere decir que cuando yo pronuncio la palabra “silla” la otra parte no racionaliza lo que es una silla. Sencillamente ve una silla en su mente. Claro, a menos que yo describa la silla en detalle, la otra parte va a imaginar “su silla”, que no necesariamente sea la mía. De ahí la importancia del detalle y el contexto.
Así mismo, aún cuando se trate de conceptos más complejos, los seres humanos tendemos a “visualizar” oraciones enteras a través de nuestro “ojo mental”. De ahí aquello de que “las palabras son cosas”.
Puesto en palabras sencillas, cuando los seres humanos hablamos transmitimos “cuadros mentales” a través de las palabras. Y esos “cuadros” se cristalizan instantáneamente en la mente de nuestros interlocutores.
¿Y qué hay del mercadeo? ¿Qué tiene que ver eso con que “el podcast en español sigue siendo podcast”? Pues, sencillo nuevamente. Podcast fue el término original. En su libro “Positioning”, Al Ries y Jack Trout nos enseñan que el primero que se apropia de una categoría o de un nombre comercial tiende a dominar ese segmento del mercado, a menos que cometa una serie de errores que lo lleven a perder dicho dominio.
El ejemplo clásico es la marca Volkswagen. Hubo una época cuando la palabra Volkswagen representaba al “carro pequeño y económico” en la mente del consumidor. En otras palabras, cristalizaba un concepto claro en la mente colectiva del público. A eso se le llama “posicionamiento”.
Hoy en día ese sitial no está claro. Por un tiempo lo ocuparon Toyota, Nissan y hasta los fabricantes coreanos, pero todos han hecho lo mismo que Volkswagen. Han continuado añadiendo productos laterales (product extensions), lo cual contribuye a crear confusión en la mente del consumidor. En otras palabras, han perdido su “posicionamiento”.
Volkswagen perdió su dominio del segmento de autos pequeños porque comenzó a introducir otros productos que no tenían nada que ver con el eje centra de su marca. Eso hizo que la marca Volkswagen representara “cualquier cosa” en la mente del consumidor. Y “cualquier cosa” no es un nicho al que quiera aspirar ningún producto o servicio.
Ninguna marca ha tenido un dominio tan férreo de un segmento del mercado como el que tuvo Volkswagen.
La razón por la que el podcast sigue siendo un podcast es porque ese fue el nombre que se le dio originalmente. Y la razón por la que el podcast en español sigue siendo podcast es la misma: porque ese fue el nombre que se le dio originalmente. Se trata de puro “posicionamiento”.
Déjame darte un par de ejemplos más, aunque admito que son ejemplos de mi país Puerto Rico. Cerca de mi casa discurre una avenida que se llama Campo Rico. Le pusieron ese nombre a comienzos de los años 60’s cuando construyeron la urbanización Country Club. Hace como 10 años, quizás un poco más, a alguien se le ocurrió cambiarle el nombre a Roberto Sánchez Vilella, el segundo gobernador de Puerto Rico en ser electo por el pueblo (ese es un cuento para otro día). El caso es que yo no conozco a nadie que se refiera a esa avenida como la Roberto Sánchez Vilella. Todos la llaman la Campo Rico.
Lo mismo sucede con la Avenida Monserrate en Carolina. ¿Sabías que su nombre actual es “Paseo De Los Gigantes”? ¿A cuánta gente conoces que le llamen así? Todos le llaman “la Monserrate”.
Yo sé que es tentador tratar de insertarse en la historia como la persona que acuñó el nombre de algo famoso, pero en el caso del podcasting ese puesto ya está cogido. Ben Hammersley ocupa ese sitial. El podcast en español sigue siendo podcast, en inglés también y en cuanto idioma nos venga a la mente.
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“Radio vs Podcast…15 Diferencias Importantes” se publicó originalmente en mi viejo blog “Picadillo” bajo el título “15 Diferencias Entre La Radio Tradicional e el Podcasting”. Revisé cada párrafo para traerlo a la realidad del 2019. Sorprendentemente la mayoría de los temas han cambiado muy poco.
Hay una revolución desatándose en el mundo de la programación hablada. Se llama “podcast” y comenzó en el año 2004. Mucha gente compara radio vs. podcast, pero en realidad son muy diferentes.
Según la enciclopedia online Wikipedia un “podcast” consiste de la distribución episódica de archivos multimedios (normalmente audio o video, que puede incluir texto como subtítulos y notas) mediante un sistema de distribución (RSS) que permite suscribirse (de forma opcional) y usar un programa que se descarga para que el usuario lo escuche.
El “podcast” tiene sus orígenes en el mundo de los “blogs” porque se vale de un alimentador RSS que permite que el usuario se suscriba. Sin embargo, a diferencia del “blog” los “podcasts” no llevan la mayoría del tráfico a la página originaria del programa sino que dirigen ese tráfico a un agregador. Por eso, los métodos comunes de medir el tráfico en una página de Internet son inefectivos para medir la audiencia de un “podcast”.
Algunas estrategias para llevar tráfico específicamente a la página de un podcast son :
combinarlo con un blog en la misma dirección de Internet
combinarlo con videos que el que escucha no pueda ver en ningún otro sitio
ofrecer valor añadido en la página que el que escucha no pueda obtener mediante el agregador
ofrecer contenido “premium” mediante membresía
Un agregador —como dice su nombre— es un sitio en la Internet donde se agregan “podcasts” sobre todos los temas imaginables y se organizan de manera que sean más fáciles de encontrar por el oyente. Esto es posible gracias al alimentador RSS que provee cada “podcast”.
Puesto en palabras sencillas el alimentador RSS no es más que una lista glorificada, escrita en lenguaje XHTML, que incluye toda la información sobre el podcast, su creador y sobre cada episodio incluyendo la dirección de Internet donde reside el archivo de audio o video, el texto y las ilustraciones. Los alimentadores RSS están organizados en orden cronológico invertido. Eso quiere decir que el capítulo más reciente va a aparecer al tope de la lista.
Así las cosas, los agregadores no guardan información sobre ninguno de los “podcasts”, ni archivos de audio o video, sino que exhiben la información provista por cada alimentador RSS. Eso le da la ventaja al podcaster de por actualizar su información cuando desee.
Para mucha gente —sobre todo para aquellos que no conocen de estas cosas— los “podcasts” no son más que programas de radio difundidos a través de la Internet. Pero comparar radio vs. podcast es mucho más complejo que eso. Los “podcasts” exhiben unas diferencias significativas que los distinguen de la radio tradicional y en esta entrada me propongo discutir al menos 15 de ellas.
1. DIFUCIÓN vs DISTRIBUCIÓN
En inglés el término “difusión” se define como “broadcasting”. En otras palabras, una emisora de radio emite una señal de radio a todo lo largo y todo lo ancho de un territorio designado y aquellas personas que decidan sintonizar su frecuencia escuchan la programación. Eso quiere decir que el hecho de que una emisora cubra un área geográfica en la que vivan dos millones de personas no quiere decir que dos millones de personas la escuchen. En un momento equis puede haber apenas un puñado de gente escuchando aunque la señal esté arropando un área inmensa.
Por su parte el “podcast” se define como “narrowcasting”. El alimentador RSS hace que el podcast aparezca en el agregador y aquellas personas que se interesen por el tema en particular que toque dicho “podcast” lo van a escuchar. Esto es así particularmente por lo que se discute en el punto 2.
2. UNIFORMIDAD vs DIVERSIDAD
Los programas de radio tocan mensajes similares que apelan a las masas mientras los “podcasts” tocan temas particulares que apelan a nichos en el mercado.
¿Qué quiere decir esto? Pues cojamos de ejemplo el mercado radial de Puerto Rico (podría ser cualquier otro pero yo vivo aquí). En Puerto Rico a veces parece que todos los reporteros (o “cargagrabadoras” como les llamó uno de nuestros comentaristas radiales más populares) se levantan en la mañana y se meten al Capitolio. Es como si el único tema de interés en la Isla fuera la política partidista. Como resultado de este comportamiento todos los programas hablan básicamente de lo mismo.
No importa la emisora que uno escuche, en el horario de 6:00am a 9:00pm, de lunes a viernes, todas hablan básicamente de lo mismo.
En los “podcasts” no sucede eso porque los “podcasts” se concentran en un “nicho”. Eso propicia el que hayan “podcasts” sobre todos los temas imaginables.
3. AUDIENCIA LOCAL vs AUDIENCIA MUNDIAL
Y esto nos trae a la audiencia. La audiencia de una emisora de radio se ve limitada por el alcance de su señal.
Claro, van a haber radiodifusores que argumenten que su señal se transmite a través de la Internet, y que —por ende— su alcance es mundial. Pero pensémoslo por un momento, ¿Cuánta gente se va a levantar en Australia a escuchar un programa, a las 3 de la mañana, que se transmita en Puerto Rico a las 3 de la tarde. Además, la temática misma de la emisora va a hacer que el contenido sólo sea de interés en el área geográfica en que se produce.
El caso del “podcast” es totalmente opuesto. Los “podcasts” se concentran en temas específicos, pero a la misma vez de interés universal. Esto hacen que su audiencia se reparta por todo el planeta. Algunos ejemplos podrían ser los distintos tipos de cocina, los distintos tipos de literatura, las manualidades, el arte, el turismo, las distintas profesiones, los negocios, la tecnología y una infinidad de temas más.
Déjame darte un ejemplo. Yo produzco “Hablando De Tecnología” y acabo de publicar mi programa número 336. Usualmente mis episodios duran entre 40 minutos y 2 horas. Toco todo tipo de temas sobre tecnología, así como sus aplicaciones prácticas.
A menudo recibo correos electrónicos de oyentes en toda la América Latina, los Estados Unidos y España. Cada uno de esos correos se discute en el programa (a menos que el oyente especifique que no quiere que se discuta) y contesto sus preguntas e inquietudes.
4. DURACIÓN FIJA vs DURACIÓN ELÁSTICA
Y eso me lleva a otra diferencia importantísima. Fíjate que dije que cada programa dura entre 40 minutos y 2 horas. Los “podcasts” no tienen límite de duración. Cada programa dura lo que tenga que durar para cubrir el tema a cabalidad.
Pero eso no quiere decir que le endilgue una diatriba a la audiencia sin que medie la consideración. Periódicamente hago encuestas de opinión y le pregunto al oyente lo que le gusta y lo que le disgusta del programa. Y si me dicen que está demasiado largo lo acorto.
5. UNO A MUCHOS vs UNO A UNO
El modelo de radiodifusión, que se ha ido pasando de generación en generación de comentaristas, ha hecho que muchos de ellos se acostumbren a la idea de que le están hablando a una muchedumbre. Esto se hace evidente cuando los oímos referirse a su audiencia como “ustedes”.
En una ocasión le pregunté a Jorge cómo él podía hablar incansablemente en una cabina cuando en realidad no tenía a nadie al frente. Para mí resultaba incomodísimo porque sentía que estaba hablando solo.
Cuando comencé a producir “Hablando De Tecnología” me pasó algo similar. Entonces fue que desempolvé a “Petra”.
Petra, mi modelo de cartón piedra
Petra es una cabeza “de cartón piedra” (como la que menciona Joan Manuel Serrat en su canción del mismo nombre) que vino como parte de un curso de fotografía profesional que tomé a distancia hace años con el New York Institute of Photography. Petra era calva pero mi vecina Nilsa me regaló una peluca para que la muñeca luciera mejor en los retratos. Luego de eso pasé largo tiempo practicando todo tipo de iluminación con Petra y ella nunca se quejó.
Bueno pues, Petra también fue mi primera oyente. Cuando comencé a producir Hablando De Tecnología la ponía frente a mí para sentir que le hablaba a alguien. Así me acostumbré a hablarle a una sola persona, no a una muchedumbre.
No importa que un “podcast” llegue a miles de personas alrededor del planeta (como llega Hablando De Tecnología) el mensaje siempre va a ir dirigido a una sola persona.
6. SENSURA vs LIBERTAD
La misma relación de negocio que mantiene una emisora de radio con sus anunciantes hace que su contenido sea censurado. Basta con que un comentarista haga un comentario que vaya en contra de los intereses de alguno de los anunciantes y lo van a llamar a capítulo de inmediato. En algunos casos de manera fulminante.
El “podcaster” no tiene ese problema. Claro, estamos sujetos a las mismas leyes de difamación y libelo que cualquier otro medio, pero no nos gobiernan los intereses comerciales de parte alguna. Inclusive habemos podcasters que evaluamos productos y parte del acuerdo incluye poder criticarlos si no nos agradan.
Eso es especialmente importante en nuestra línea editorial. Por ejemplo, yo siempre me cuido de no decir cosas que a sabiendas sepa que son mentira. Además, ese no es mi estilo. Pero cuando alguna empresa hace algo que va en detrimento del publico lo denuncio vehementemente.
7. IMEDIATEZ vs LONGEVIDAD
Por su propia naturaleza el mensaje de una emisora de radio es efímero. ¿Por qué? Pues porque se dice en un momento y pasa a la historia.
El hecho de que los “podcasts” sean grabados hace que el contenido se acumule. Esto tiene grandes ventajas desde el punto de vista del SEO porque cada entrada actúa como un anzuelo que atrae gente ahora y en el futuro.
Claro, esto no sucede automáticamente. Hace falta escribir buenas notas al programa para que se coloquen favorablemente en los motores de búsqueda. Pero si la persona a cargo de la publicación del programa sabe lo que está haciendo, y sigue se ciñe a las buenas prácticas de SEO, cada episodio va a ser como un sifón que va a halar más y más tráfico con el pasar del tiempo.
8. CONTENIDO INMEDIATO vs CONTENIDO PERMANENTE
Muchas emisoras de radio transmiten segmentos como el informe del tiempo, el estado del tránsito y las noticias del momento. Esa información, aunque importante en el momento, resulta irrelevante a las pocas horas de haberse reportado.
Los “podcasts” no incluyen ese tipo de información, y a primera vista parecería que están en desventaja frente a la radio en ese renglón. Pero es que eso no es lo que busca su audiencia. La audiencia de un “podcast” busca información de calidad sobre un tema específico. Lo demás huelga. De igual forma, vemos como la gente gravita hacia la radio AM en momentos de desastre.
Esta también es la razón principal por la que los podcasts de las emisoras de radio no prosperan. Basta con que una emisora anuncie su entrada al mundo del podcast y vemos programas regulares colocados en la Internet en formato MP3.
El problema es el contenido. Si la emisora distribuye contenido noticioso el formato de podcast no le va a funcionar. ¿Por qué? Pues porque las noticias son como el pan. Al otro día amanecen duras.
¡Piénsalo! ¿Crees que a alguien le va a interesar contenido noticioso de hoy el mes que viene… o el año que viene? Los podcasts incluyen contenido perenne. O como le llaman los norteamericanos: “evergreen”. Es contenido que es útil hoy, mañana, la semana que viene, el mes que viene y hasta en años futuros.
Yo tengo entradas en Hablando De Tecnología que las produje hace 5 años y todavía las escucha el público. Esta misma es un ejemplo.
9. MUCHO INTERCAMBIO vs POCO INTERCAMBIO
Un área en la que definitivamente la radio lleva la ventaja es en el intercambio con el público. La mayoría de las emisoras de radio están equipadas para recibir llamadas telefónicas, pasarlas al aire y conversar directamente con el radioyente.
Claro, esto también propicia el que oyentes con intenciones cuestionables carguen las ondas radiales con mensajes políticos y contenido vacuo.
Los “podcasters” no tenemos esa ventaja (o desventaja). Nuestro intercambio con la audiencia consiste en contestar correos electrónicos, comentarios en la página o entrevistar personas a través de Skype.
10. PUBLICIDAD MEDIANTE INTERRUPCIÓN vs PUBLICIDAD INTEGRADA
Un área en la que la mayoría de las emisoras de radio están super rezagadas (sobre todo en Puerto Rico) es en la publicidad. La mayoría todavía utilizan los mismos métodos mediante interrupción que se usaban a comienzos del siglo 20.
El programa típico de radio tiene 42 minutos de contenido y 18 minutos de anuncios. En la mayoría de los casos eso representa 3 segmentos de 14 minutos y 3 pausas comerciales de 6 minutos. Si la emisora utiliza mayormente anuncios de 30 segundos eso equivale a 12 anuncios corridos en cada pausa comercial.
En una ocasión escuché a un comentarista radial decir en tono de broma que eso era suficiente para darse un “bañito”.
En los “podcastsˇ no hay anuncios. Por lo menos, no de la manera tradicional. En Hablando De Tecnología yo menciono a mi auspiciador, productos y servicios míos y alguna que otra vez hago alusión a los enlaces de afiliado que hay en la página de Internet del programa. Pero en ningún caso le endilgo 6 minutos de pausa comercial a la audiencia.
11. SONIDO DEPENDE DE LA RECEPCIÓN vs SONIDO DE CALIDAD
La Comisión Federal De Comunicación establece que la respuesta de frecuencia de una emisora de radio AM tiene que estar entre 40 y 5,000Hz. La de un “podcast” es de 20-20,000Hz. Puesto en palabras sencillas los “podcasts” se oyen mejor.
Pero hay algo más. La recepción de una emisora de radio está sujeta a la calidad de la señal en el lugar en que pretendamos escucharla. Si estamos dentro de un edificio de hormigón, en un área remota, baja o sencillamente estamos lejos del transmisor, la calidad del audio se va a deteriorar.
El “podcast” siempre se oyen igual. Obviamente, si no tenemos Internet no vamos a poder escucharlo, pero basta con que tengamos uno o dos “megas” y lo vamos a poder disfrutar sin problemas.
12. AUDIO DE TRASFONDO vs ATENCIÓN TOTAL
En la mayoría de los casos la gente escucha la radio mientras hacen otra cosa. Unos la escuchan en el trabajo, otros en el auto y otros lo hacen en la casa. En todos los casos la radio tiene que competir con todo lo que le rodea.
En la oficina compite con lo que conversa la gente, con los teléfonos que suenan y con el trabajo que hacemos. En el auto compite con el ruido de la calle, con los miles de mensajes comerciales que hay a nuestro alrededor y con el hecho de que tenemos que prestarle atención a lo que vamos haciendo. Y en la casa compite con lo que conversan los demás, con las situaciones del hogar, con la televisión, con el teléfono y decenas de distracciones más.
Los “podcasts” se escuchan mayormente por audífonos. Y eso hace toda la diferencia del mundo. El “podcaster” tiene el privilegio de hablarle “en privado” a su audiencia por el tiempo que dure el programa. A menos, claro, que la persona deje de escuchar antes de que se termine.
Pero hay más. Cuando vamos escuchando la radio en el carro, y nos bajamos del vehículo, se interrumpe lo que íbamos oyendo. Con el “podcast” no sucede eso. En el peor de los casos el oyente puede pausar el programa y continuar escuchándolo cuando regrese al carro.
13. CRECIMIENTO LENTO O INEXISTENTE vs CRECIMIENTO ACELERADO
La radio —como medio— ha venido experimentando un estancamiento por años. Y claro, no va a faltar un radiodifusor que diga “mi emisora creció este año”. Pero por cada emisora que crece va a haber una que se achica. Como dirían en “el difícil”: “across the board” el segmento de la radio no esta creciendo.
En el caso del “podcasting” es lo contrario. Todos los medios estadounidenses reportaron este año acerca del auge extraordinario del “podcasting”. Claro, en Puerto Rico puede que no sea necesariamente el caso, porque la Isla tiene un rezago marcado en todo lo que sea Internet. Pero a nivel mundial vemos que los “podcasts” son el medio emergente.
14. MEDICIÓN ESTIMADA vs MEDICIÓN DIRECTA
La mayoría de las emisoras usan servicios como el de Arbitrón (Nielsen) para estimar la cantidad de audiencia que tiene cada uno de sus programas. La palabra clave aquí es “estimar”.
En el “podcasting” no se estima nada. Cada vez que alguien escucha nuestro programa se registra la descarga en nuestro servidor de medios. Y como casi la totalidad de nuestros oyentes escuchan el programa por audífonos se sobreentiende que lo escuchan.
Piénsalo. Para qué le conectarías los audífonos a tu dispositivo portátil, pondrías a tocar un “podcast” para luego no escucharlo? A menos que te guste verlo tocar sin que nadie lo escuche. No hace sentido, ¿verdad?
15. PENETRACIÓN ESTANCADA vs PENETRACIÓN CRECIENTE
La radio tradicional ha llegado a la gente de la misma forma durante casi 100 años. Y aunque existen otros métodos de alcanzar segmentos nuevos a la mayoría de los radiodifusores no parecen interesarle. Por lo menos, no en Puerto Rico.
Por su parte el “podcasting” sigue ganando terreno. Por ejemplo, el modelo original del “podcasting” consistía en descargar cada episodio a nuestro computador utilizando iTunes o algún otro agregador, sincronizar nuestro iPod con el computador para bajar el programa, y escuchar el programa en el iPod.
De hecho, el propio término ”podcasting” es una combinación de la palabra iPod y de la palabra “broadcasting”.
Hoy en día ya no hay que sincronizar nada. La nueva aplicación de “Podcasts”, que viene instalada en cada iPhone (y sus homólogos en el mundo Androide), nos permiten comenzar a escuchar cada programa en lo que baja de la Internet. A ese proceso le llamamos “streaming”.
Pero hay más. Ya Apple Podcasts no es el único agregador tampoco. Ahora existen Stitcher, TuneIn, Miro, BlackBerry, Google Podcast, Deezer, iVoox, Podbean, Spotify, iHeart Radio, Pandora, Amazon, Facebook Podcasts y muchísimos más. Y todos funcionan de la misma manera que la aplicación de Apple. Comienzas a escuchar el programa y va bajando mientras lo escuchas.
Pero todavía hay más. A partir del 2015 casi todas las casas fabricantes de automóviles comenzaron a incluir conexión a la Internet en los radios de sus vehículos. En unos casos el propio automóvil tiene conexión a la Internet y en otros usa la de nuestro teléfono inteligente. Con eso han llegado Apple, Google, Stitcher y TuneIn a nuestro panel de instrumentos. Es decir, que cada carro se está convirtiendo en una especie de nube de WiFi ambulante en la que la gente puede escuchar “podcasts” a su antojo.
Quiero que quede claro que yo en ningún momento estoy diciendo que la radio tradicional va a sucumbir ante el podcasting. Pero una cosa es segura: el medio que va creciendo es el “podcasting” y la radio está en una especie de estancamiento, provocado en gran medida por la actitud reaccionaria de los radiodifusores.
En mi programa “Hablando De Tecnología” muchas veces los hermanos latinoamericanos se sorprenden de que sea tan crítico de lo que sucede —o no sucede— en Puerto Rico. Pero es que estos temas ni siquiera se tocan en la Isla. Para la mayoría de los puertorriqueños la Internet es como una especie de juguete que sólo le sirve para “bochinchar” en “fesibú y twitel”. Mientras tanto, el mundo avanza y el rezago arropa a mi País.
Por eso critico… porque no veo movimiento asertivo… porque seguimos en la noria.
Pero ya basta. Déjame bajarme de la tribuna digital.
Espero que este artículo —que quedó larguito— sirva para aclarar las diferencias más importantes entre estos medios que, teniendo tanto en común, tienen tanto que los diferencia.
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