La gente de Google tiene un servicio muy interesante. Se llama Google Alerts. Si quieres enterarte cuando la gente está hablando sobre un tema en particular todo lo que tienes que hacer es crear un “alert”. Por ejemplo, si quieres que te avisen cada vez que alguien pregunta: ¿qué es un podcast? todo lo que tienes que hacer es crear un “alert”. Recibirás un correo electrónico cada vez que alguien escriba exactamente esas palabras en su ventana de búsqueda.
El miércoles pasado publiqué una entrada titulada “Radio vs. Podcast… 15 Diferencias Importantes”. Y como sucede a veces, luego de publicarla llegué a la realización de que aproximadamente la mitad de la gente que usa la Internet no sabe qué es un podcast. Y, por supuesto, nunca han escuchado uno tampoco.
Hoy vamos a hablar de qué es un podcast y también de lo que NO es. Porque todo lo que andan llamando un podcast por ahí no necesariamente lo es.
Según Wikipedia (para muchos considerada “el templo del saber cibernético”) “el podcasting consiste en la distribución de archivos multimedia (normalmente audio o vídeo, que pueden incluir texto como subtítulos y notas) mediante un sistema de redifusión (RSS) que permite opcionalmente suscribirse y usar un programa que lo descarga para que el usuario lo escuche”.
Cabe señalar que esta definición, aparentemente sencilla, encierra casi todo lo que es un podcast y también sienta las bases para establecer lo que NO es.
Primero Wikipedia establece que el podcasting es: “la distribución de archivos multimedia (normalmente audio o vídeo, que pueden incluir texto como subtítulos y notas)”. Lo que Wikipedia deja fuera —quizás porque piensan que el lector lo supone— es que dicha distribución se da a través de la Internet. Es decir que si yo produjera “Hablando De Tecnología”, lo grabara en CDs y se lo regalara a la gente por la calle eso no sería un podcast. Tampoco sería un podcast si lo transmitiera a través de las ondas radiales. Eso sería radio.
Wikipedia también deja fuera que los podcasts son de naturaleza “episódica”. Es decir, que se producen (o se espera que se produzcan) con una cierta regularidad predecible.
De ahí Wikipedia pasa a hablar de que la distribución debe ser “mediante un sistema de redifusión (RSS) que opcionalmente permite suscribirse y usar un programa que se descarga para que el usuario lo escuche”. Todo eso es cierto, pero ¿qué quiere decir en realidad?
Un sistema de redifusión RSS, o “RSS Feed” en la lengua de Shakespeare, es un documento de computadora escrito en XHTML. Este provee una cierta información al “programa que lo descarga”, como decide llamarle Wikipedia. Ese programa se conoce como un “agregador”, y quizás el más conocido del mundo sea “Apple Podcasts”.
Como dice su nombre, un agregador “agrega” información de distintos sistemas de redifusión RSS. También la presenta de manera organizada al usuario. ¿Y qué información agrega? Pues el título del podcast, la descripción, el arte de portada, la persona que lo produce, el tema del podcast, el país de procedencia, el idioma, el nombre de cada capítulo, la descripción de cada capítulo, el tipo de lenguaje que se utiliza, el lugar dónde reside el archivo de audio o video y la duración del archivo; entre otras cosas.
Cada vez que el autor publica un episodio nuevo el sistema de redifusión RSS se actualiza y la información aparece en todos los agregadotes en que esté colocado el podcast.
Es importante señalar que Apple Podcasts, y la mayoría de las decenas (o hasta centenas) de agregadotes adicionales que existen alrededor del mundo, no mantienen en archivo ninguno de los episodios de los miles de podcasts que ofrecen. Su función es levantar la información del sistema de redifusión RSS y presentársela al usuario de manera organizada y fácil de usar. En la mayoría de los casos los archivos originales residen en un servidor de medios.
¿Y por qué digo “en la mayoría”? Pues porque algunos servicios sí capturan el archivo de audio, le bajan la resolución, y se lo sirven a sus usuarios. A pesar de que cada día son menos los agregadores que hacen esto.
¿Qué NO Es Un Podcast?
Hace un rato te dije que íbamos a hablar también de lo que NO es un podcast. Y para eso podemos comenzar por YouTube.
Los canales de YouTube no son podcasts. Primero, porque no tienen un alimentador RSS convencional. Y digo convencional porque sí tienen uno pero no del tipo que se usa para podcasts y los blogs.
Por otro lado, YouTube mantiene en archivo los videos que agrega. Es decir, los videos que vemos en YouTube viven en los servidores de YouTube. Eso hace que YouTube requiera unas fincas de servidores inmensas.
De un tiempo a esta parte ha surgido la moda de colocar episodios de podcasts en YouTube como si fueran videos. Y no creo que añada a la discusión entrar en la viabilidad de dicha estrategia. Pero lo que sí te puedo decir es que técnicamente esas grabaciones no son podcasts. ¿Por qué? Pues porque no no tienen un alimentador RSS.
Además, exigen una conexión al Internet de más capacidad (porque técnicamente son un video), consumen un ancho de banda mayor y requieren un equipo más sofisticado para escucharlas.
Los videos en Vimeo o cualquiera otra plataforma son iguales o peores. ¿Por qué? Pues porque el servicio de Vimeo es de pago, así que acarrea un gasto adicional.
Y, claro, no podemos olvidar a Facebook, ese baluarte de la privacidad y el alcance mediático. Los videos en Facebook tampoco son podcasts. ¿Por qué? Lo adivinaste, porque no tienes un alimentador RSS.
Pero la cosa se pone peor. Están sujetos a un algoritmo que establece quién los ve y quién no. Además, como ya te habrás imaginado, si no pagas no te ve casi nadie. A eso le llaman inocentemente “darle un boost”.
Y olvídate de establecer quién puede verlos, quién no, o si el acceso va a ser gratis o pagado. En Facebook las cosas se hacen como Facebook dice.
¿Y La Radio Puede Convertirse A Podcast?
De ahí pasamos a los programas de radio. Un programa de radio grabado en MP3 y colocado en la Internet —aunque se valga de un sistema de redifusión RSS— no es en realidad un podcast. Es un programa de radio que se vale del formato de podcast para redistribuir su contenido. De esos han surgido cientos ante el auge inusitado del formato podcast.
Y si lo transmitimos en vivo a través de un servicio gratis o pagado (como sea el caso) menos todavía, porque en ese caso no va a tener ni siquiera el alimentador RSS.
¿Y por qué hago estas salvedades? Porque no se trata meramente de tecnología, también está la substancia. El formato de un podcast y su contenido son muy distintos a los de un programa de radio tradicional.
Primeramente, la radio se produce para las masas. El locutor se sienta en una cabina y arropa un área geográfica con su señal. A eso se le llama alcance.
No obstante, alcance y audiencia son dos cosas muy distintas. Puede darse el caso (y se da con frecuencia) de que la señal de un comentarista arropa un área geográfica inmensa y sólo lo escuchan un puñado de personas.
En el podcasting eso no pasa inadvertido. ¿Por qué? Pues porque los podcasts se miden a base de descargas. Cada oyente descarga el episodio (ya sea mediante archivo o “streaming”) y lo escucha en su reproductor. Por eso la audiencia de un podcast es mucho más certera; porque el servidor nos dice justamente cuántas personas descargan cada episodio.
Pero la cosa no se queda ahí. Los programas de radio se producen para una audiencia de intereses variados, mientras los podcasts están diseñados para una audiencia “agregada” de intereses homogéneos. Es decir, que los podcasts están dirigidos a audiencias mucho más específicas que pueden incluir oyentes de múltiples lugares del planeta.
También pueden estar dirigidos a grupos particulares. Por ejemplo, en los Estados Unidos son muy populares en la educación. Hay cientos de centros universitarios que ofrecen decenas de cursos enteros en formato de podcast para que los escuche quien quiera.
Quizás te preguntes: ¿cómo es posible que centros universitarios de primera a nivel mundial ofrezcan cursos enteros en la Internet completamente gratis? Y la contestación es sencilla. Puedes recibir el conocimiento pero no el diploma. Para eso tienes que pagar como los demás estudiantes.
Por otra parte, hay clases que se ofrecen mediante contraseña para grupos específicos. Esto sucede mayormente en el campo del adiestramiento. Así también hay podcasts de políticos, religiosos, para grupos de ventas y mercadeo; o para empleados… La imaginación es el límite. Basta con que exista un grupo con intereses específicos, que quiera tener un canal de comunicación común, y va a haber espacio para un podcast. El criterio principal para establecer si es un podcast o no es que tenga un alimentador RSS.
Algunos de estos podcasts funcionan detrás de una barrera a la que sólo se accede mediante contraseña. Dicha barrera no tiene que ser de pago. Sencillamente puede diseñarse para concederle acceso a un grupo particular de empleados, ejecutivos o integrantes de una entidad profesional.
Otro aspecto que diferencia grandemente a los podcasts de los programas de radio es la manera de escucharlos. Según los datos más recientes de Libsyn (el servidor de medios más grande del mundo (media server)) más del 70% de los podcasts se escuchan a través de audífonos mediante teléfonos inteligentes y dispositivos portátiles. Casi la totalidad de los demás se escuchan a través de automóviles o computadoras.
Por su parte, la gente que escucha radio lo escucha a través de las bocinas del propio aparato y en muchos casos la radio se convierte en una especie de “ruido de trasfondo” al que a menudo no le hacen ni caso.
Los podcast hablan directamente al oído del público. Ningún otro medio goza de ese privilegio. Ahora piénsalo, ¿es posible tener a una persona “hablándote al oído” a través de tus audífonos y no hacerle caso? La contestación es obvia. El podcast es un medio mucho más personal y la gente que los escucha les presta muchísima más atención.
Por último, al hablarle a una audiencia agregada, el podcaster puede concentrarse en temas mucho más específicos. Por eso es que se dice que “los podcasts son criaturas de nichos”. Basta con escudriñar la página de Apple Podcasts y vas a descubrir que hay miles y miles de podcasts de temas que jamás imaginarías. Esto es posible porque los oyentes de un podcast vienen de todas las esquinas del planeta. Para que tengas una idea de lo que te hablo, la siguiente lista recoge los 25 países en los que más se escucha “Hablando De Tecnología” en orden descendente:
- Colombia
- Estados Unidos
- México
- España
- Puerto Rico
- Perú
- Argentina
- República Dominicana
- Chile
- Ecuador
- Venezuela
- Costa Rica
- Honduras
- Bolivia
- Guatemala
- Brasil
- Canadá
- Reino Unido
- Panamá
- Francia
- El Salvador
- Uruguay
- Alemania
- Japón
- Nicaragua
Como notarás, Puerto Rico ni siquiera es el primero. Y es predecible porque en la Isla el deporte nacional es la política partidista y la gente no saca tiempo para escuchar casi nada más.
Por último, el oyente de podcasts los escucha cuándo quiere, dónde quiere y de la manera que quiere. Eso significa que cuando va escuchando su podcast predilecto, y llega a su trabajo, puede apagar su reproductor y continuar oyéndolo cuando salga. No se pierde lo que resta del programa como sucede con la radio comercial. También puede escucharlo una y otra vez si la información lo amerita y quiere tomar notas.
En el episodio 156 de Hablando De Tecnología entrevisté a la doctora María Blanco, de la Universidad Pontificia de Salamanca. La doctora Blanco hizo su tesis doctoral sobre el tema de podcasting. Y una de las cosas que me dijo fue que Puerto Rico ha sido uno de los últimos países de America Latina en abrasar el podcasting.
Programas como el mío, con sobre 330 episodios de temas variados de tecnología y entrevistas a profesionales de primera de varias partes del planeta, son una rareza en la Isla. Y yo me atrevo a especular por qué.
Primeramente, la Isla tiene un rezago marcado en todo lo que sea Internet. Para los boricuas la Internet es básicamente “Facebook”, “Twitter” y las demás redes sociales. No los saques de ahí porque sucede como con los barcos antes del viaje del Descubrimiento: “se van por un precipicio”.
Sumémosle a eso el servicio mísero de Internet que tiene la Isla, y la obsesión enfermiza que tiene el puertorriqueño con la política partidista, y es fácil comprender por qué la gente escucha lo mismo hora tras hora, día tras día, mes tras mes, año tras año y década tras década.
Basta con mirar un periódico de cincuenta, setenta y cinco, o cien años atrás (como hacía yo en la Sala de Periódicos de la Universidad De Puerto Rico) y notaremos que muchos de los temas eran los mismos que se discuten hoy en día. Sólo habría que cambiarle los nombres a los protagonistas de las noticias y las podríamos publicar como recientes.
Es como una noria en la que ha venido girando por décadas todo un pueblo y nadie lo cuestiona.
Pero basta. Porque si sigo por ahí voy a terminar con otro artículo.
Espero que hayas entendido con claridad qué es un podcast. Si todavía tienes dudas, escribe tu pregunta específica en la sección de comentarios y conversaremos más.
Hasta la próxima,
©2019, Orlando Mergal, MA
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El autor es Socio Fundador de Accurate Communications,
Licenciado en Relaciones Públicas (R-500), Autor de más
de media docena de Publicaciones de Autoayuda, Productor
de Contenido Digital y Experto en Comunicación Corporativa.
Inf. 787-750-0000 • 787-306-1590
Ésto es a lo que yo llamo “desmenuzar” un concepto. XD
Solo quiero agregar lo siguiente:
En mi muy particular concepto (y centrándome en el debate de que si un programa de radio que se sube a una plataforma para escucha o descarga es o no un Podcast)
Yo digo rotundamente NO! U.U Por más que encaje en el concepto de la descripción técnica, ya que como Pseudo-Podcaster estoy seguro que un Podcast es más que la grabación de un audio, ya sea de radio, discurso, receta o cualquier otro, si no que es un contenido destinado y dedicado para tal fin, conciente de ello y con algunas variables como lo son realizarlo en vivo (interactuando con los escuchas) o en tú cuarto, estudio, sótano o cualquier lugar donde puedas grabar uno, incluso a la intemperie. Así que, en efecto, soy de los que piensa que un programa de radio grabado y colocado NO ES UN PODCAST!! (por lo menos real o genuino) insisto: Para mí. He dicho! U.U
Atte. El Internacionalmente Desconocido, intruzo99.
Gracias.
P. D. Y la gran mayoría de los Podcast cuentan con una edición previa. (inluso algunos grabados en vivo, aunque mucho menor).